Venta de productos en ferias de Lima resulta un beneficio social y económico para artesanos y artesanas de provincia
Para las y los microempresarios de provincia, ofrecer sus productos en ferias resulta un negocio rentable en términos no solo económicos, sino de networking y publicidad; sin embargo, la inversión que se debe hacer es grande. A pesar de que existe un riesgo económico, las y los artesanos logran a través de estos eventos construir y difundir poco a poco su propia marca.
Las ferias en la capital han surgido como una alternativa nueva para la venta de productos, especialmente para el sector artesanal del país. Aunque las inscripciones para estos eventos pueden llegar a ser muy caros e impagables, las y los microempresarios de provincia afirman que aprenden de la experiencia.
Josué Tapia es artesano de la provincia de Canchis en Cusco. Él se dedica a la orfebrería, práctica que consiste en la fundición de metales de bronce, aluminio, cobre y oro de 14 para crear diversos modelos, y vive de esto un 100%. Desde que lleva cursos y capacitaciones sobre emprendimiento y gestión de negocios gracias al proyecto ‘Canchis Emprende’, ejecutado por ASPEm y financiado por Fondo Empleo , tiene un panorama mucho más claro sobre la valorización de sus productos, ya no solo improvisa un precio. Uno de los conocimientos que ha ido adquiriendo es saber el tipo de público que hay en la capital, y ha aprendido que en Lima son los textiles de alpaca lo que más demanda tiene, por lo que solo espera que sus artesanías logren ser apreciados de igual manera: “solo es cuestión de tiempo para que el valor cultural de mis piezas sea más reconocido aquí”, menciona Josué.
Las dinámicas de venta son muy distintas en provincia y en la capital. En Lima y el resto de departamentos, comenta María Zevallos, directora país de ASPEm, las exigencias del público varían en cuanto a calidad y necesidad: “La negociación en la capital es distinta porque depende del público, es usual que las personas acá (en Lima) sean más exigentes en cuanto a la calidad de acabados y material; el mercado local de provincia compra mayormente en base a una necesidad básica, sin ser un público tan exigente. Esto exige a las y los artesanos a ampliar su mirada en cuanto a la fabricación y producción de sus productos”, explica.
La importancia de estas ferias radica no solo en el logro económico que puedan obtener, sino que este tipo de mercado permite desarrollar en ellos y ellas diferentes técnicas de negociación, un punto clave pero muchas veces olvidado en el proceso de la gestión empresarial. Maria Gloria Quispe, coordinadora del proyecto ‘Canchis Emprende’, que trabaja con 200 artesanos y artesanas de la región Cusco, comenta que los tres grandes beneficios de que expongan sus artesanías y textiles en Lima son claves para el emprendimiento local: innovar constantemente sus productos, estar en contacto con otros clientes e incluso estar abiertos a sugerencias del mismo público.
Para Herlinda López, beneficiaria del programa ‘Mujeres con Talento’, programa financiado por la UE y ejecutado por ASPEm y ADEC ATC, estos eventos no han sido una fuente de ingreso o recuperación económica; de hecho, confiesa, no ha logrado recuperar su inversión en ninguna de las dos ferias a las que hasta ahora ha asistido desde que inició su negocio de polos de algodón y lencería del hogar hace tres años. A pesar de que los gastos como almuerzo y transporte la desaniman un poco al momento de decidir si volver o no, sabe que aprende algo clave: la relación con el cliente. “A mí me gusta asistir (a ferias), a pesar de las limitaciones que pueda tener, porque aprendo poco a poco a desenvolverme y saber conversar con el cliente, qué palabra debo usar para el momento de la negociación”, comenta.
Según la proyección de la línea de base del proyecto de ASPEm, ‘Mujeres con Talento’, en el Perú, las mujeres representan solo el 43,1% de la Población Económicamente Activa (PEA), de esta cifra, 33,45% está en condición de desempleo. El sector femenino dentro del mercado microempresarial es, por ende, esencial. María Zevallos explica que es importante que vengan mujeres a vender a las ferias por diversas razones aparte de la económica: “En estos espacios las mujeres aprenden a vender, a hacer contacto con el público, esto a su vez les mejora la autoestima pues salen de sus hogares, a su vez que las ventas les da seguridad y mejora la forma de relacionarse con otras personas”.