Relatos de microempresa: Alcanzando la autonomía económica a través del tejido y la artesanía.

Relatos de microempresa: Alcanzando la autonomía económica a través del tejido y la artesanía.

El programa Mujeres con Talento, proyecto financiado por la UE, y ejecutado por ASPEm y ADEC ATC, permite que mujeres del distrito de Canchis (Cusco) y la zona de Huaycán (Lima) logren empoderarse económicamente a través de la elaboración, producción y venta de los productos que ellas mismas hacen. Estas son las historias de dos emprendedoras de Ate:

Ludi Reyes Fuente (Yaccha Mama)
La asociación Yaccha Mama, un grupo de madres que se reúne dos o tres veces por semana para tejer, tiene una presidenta y esa es Ludi.
Hace cinco años, como una cuestión meramente amical y vecinal, veinticinco madres de la zona de Horacio Zevallos, en Huaycán, se juntaron para poner en práctica y compartir diversas técnicas de tejido. Antes de entrar al programa Mujeres con Talento, improvisaban precios ocasionalmente, e incluso guardaban los productos que hacían en sus cajones. A pesar de que ahora son solo doce mamás, Ludi, su presidenta, tiene una función clave en este grupo que poco a poco ha ido aprendiendo lo que significa generar aunque sea un pequeño ingreso: “Nuestro objetivo cambió, ya no es solo tejer, sino tejer para vender, esto nos permite no depender del esposo, aunque sea para comprar un papel higiénico”.

Ludi no solo se dedica a tejer y aprender sobre gestión de negocios, ella también enseña a tejer a mujeres víctimas de violencia. Explica que es una experiencia un poco delicada, pero que finalmente ve en ellas un empeño por mejorar para que luego, a través del tejido, puedan también empoderarse económicamente, tal como lo hacen las madres de Yaccha Mama.

Ludi Reyes (derecha) teje junto a sus compañeras de Yaccha  Mama, Elida Huamán (izquierda) y Virginia Vilcahuamán (centro).

Tanto Rudi como las demás miembros de su asociación siguen aprendiendo de los talleres del programa. Mencionan que las clases de gestión y marketing han sido las más útiles pues les ha dado una visión innovadora de lo que sus productos deben tener para diferenciarse del mercado.

María Ortiz (Inti Llakta)

El mate burilado y el telar son las dos clases de artesanías a las que se dedica el grupo Inti Llakta, iniciado hace siete años.
En su primer año, recibieron clases de administración y así sucesivamente se han ido capacitando poco a poco en temas de negocio. Al inicio eran 50 artesanos, pero poco a poco han ido quedando hasta la fecha 15 emprendedores y emprendedoras formalizadas,y 12 inscritos en registros públicos.

Maria Ortiz muestra uno de los retablos que hacen en Inti Llakta.

 

A pesar de la cantidad de años formados, ir a ferias todavía no les ha generado ingresos. María comenta que están conscientes de ello, y si siguen asistiendo es porque ahí se realizan buenos contactos: “No siempre se recupera lo que uno gasta, en ninguna feria se logra recuperar, siempre se vende muy poco, pero lo bueno es que nos contactamos con diferentes personas, hacemos contactos, y los invitamos a nuestro taller”.

Aparte de ofrecer productos, Inti Llakta lleva a cabo el programa “Un día con mi amigo artesano”, donde dan clases a turistas en su taller en la Zona R de Huaycán. En el programa Mujeres con Talento, con quien trabajan hace un año, han aprendido sobre el manejo de costos y diversos públicos: los que compran sus productos y los que toman sus clases. Estas capacitaciones, menciona María, también los ha ayudado a crecer como negocio.

María comenta que Inti Llakta aspira, más que todo, en convertirse en una escuela de artesanos.

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